25 feb 2012

nada malo me retiene, me libero a mi misma.

Mi personalidad va más allá de todo y de todos. No necesito gritar, ni hablarlo, ni pensar mil maneras distintas para demostrarlo. 
Realmente me interesa muy poco lo que piensen de mí; me basta con mis CD's, mi cuaderno y mis pensamientos.
No, no soy la persona más brillante en este mundo, la más inteligente, la más linda, ni la que todos quieren conocer. No soy honesta conmigo misma.
A veces no razono, a veces digo cosas que lastiman... simplemente, hago estupideces, pero soy alguien que se hace valer por lo que es. Soy yo, y no me puedo describir de otra forma, porque mentiría. 

24 feb 2012

Te quiero ... ese es el problema.

El tiempo pasa, y pesa, hace que todo vaya un poco más rápido, o más lento, según se mire.
Me limitaré a quedarme con cada detalle de nuestro alrededor, lo atesoro en mi mente, como a vos, solo que tú vas un poco más abajo de la cabeza, del cuello, de la clavícula. Allí donde se pierden mis suspiros, un poco a la izquierda, casi en el centro. Latiendo. ¿Sigues ahí? Yo lo noto.
A veces, cuando está gris, me siento directamente fundida a negro, sólo de sentirlo, y me siento tan insignificante, tan inservible que me dan ganas de esfumarme. A veces ser pequeño no sirve de nada si no tienes suficientes fuerzas como para hacer cosquillas al alma a alguien. 
Pero sigo aquí, nieve o llueva, bajo la tormenta, como siempre. Y no me importa, porque se que después del gris, siempre viene el azul... 

20 feb 2012

mi estúpida manía de no querer olvidarte nunca.

Quizá es que no quiero olvidar. Simplemente quiero guardarlo siempre, quiero acordarme siempre de tu cara, mi confianza ciega en vos, nuestras tonterías, tu facilidad para hacerme sonreír, nuestras risas, las conversaciones escritas, las miles de veces que pensé en vos y te eche de menos, las lágrimas por vos, mi adicción a vos, los besos y abrazos que nunca nos pudimos dar, aquellas tardes de primavera. Las ganas de vos, tu olor que tanto me gusta, las miradas y las caricias, mi riesgo, tu encanto, los intentos fallidos de alejarme de vos. Todas las entradas sobre vos que he publicado y las que no, mi sinceridad y la supuestamente tuya. Esa maldita canción, los enfados, el querer y no poder, tus falsas promesas, todo el daño que me causaste y las veces que te he perdonado. El no poder odiarte, lo que me cuesta enojarme con vos, lo rápido que te hiciste querer. Cuando miento y digo que no me importas, los días marcados en mi agenda, el 8 de cada mes y los planes que nunca haremos. Mi preocupación por vos, los te quieros que dijimos y que podría seguir diciéndote aunque no te importen. Nuestros encuentros furtivos y las ganas de mas. Tu mirada hipnotizante y nuestra perfecta forma de disimular algo imposible de esconder. Tu manera de mentir diciendo que ya no me queres y mi estúpida manía de no querer olvidarte nunca.

momentos que la memoria guarda para toda la eternidad de los días.

Deposité todas mis esperanzas en vos, en todas las cosas que me dijiste con esa típica cara de convencimiento y sentimiento que terminaba de ganarse mi confianza. Me quedé a tu lado creyendo que eso es lo que necesitabas, sabiendo que eras todo lo que yo necesitaba y quería. No tuve nunca las agallas para alejarme ni mucho menos de apagar mi amor por vos y dar por terminado lo que tenemos. Sos tan malvado cuando hablas, complicado, creas el odio del mismo amor que te doy. No se como llegar a vos, no se como decirte que te quiero con toda mi alma y que ni tus defectos pueden hacer que te olvide. Es la desilusión que cargo en mis hombros, cuando te veo puedo visualizar como caemos. Y querría hacer algo para evitarlo pero todo es tan inestable que tengo miedo de echar lo poco que queda a perder. Los días se convierten en una mierda cuando no estamos juntos, una rutina llena de gente que no escucha, ni entiende como me siento. Te extraño y lo sabes, te extraño más que a mi propia felicidad, que a mi otro yo. Puede pasar todo el tiempo del mundo que aún habiéndome dejado caer, habiéndome decepcionado, seguiría recordando las cosas buenas que compartimos, esos momentos que la memoria guarda para toda la eternidad de los días. Eras quien creía en mi, en que podía ir por más, en que podía ser todo lo que quisiera en tanto y en cuanto me esforzase. ¿Cómo es que por más que lo intente infinidad de veces, no puedo olvidarte?. Me siento perdida pero se que pronto encontré mi camino y que por eso no acudes en mi ayuda. Se que lo que sentimos el uno por el otro, el tiempo no puede deshacerlo, ni las hojas del otoño cayendo, ni el calor insoportable de enero.